(...) - Mire usted, señor usia, si yo tenía mis pinitos hechos en esto de intentar recrear la vista actual de
fotografías antiguas... Pero cuando vi el blog que habían creado doña Merce, don Amio y don Logio ¡uf! ¡Me entró un no se qué! Donde yo me quedé parado, ellos dieron un paso de gigante: intentar repetir el mismo encuadre montones de años después, buscar el lugar exacto pisado por el pionero de antaño. ¡Ahí es nada! Y yo, he de confesar que me entusiasmé. ¡Quería viajar en el tiempo, ser un
crononauta como ellos! Y así, llevado por mi natural impetuoso, en la primera colaboración prestada quizás retorcí una pizca -nada- las bases no escritas... ¿cómo?
- ...
- Bien, señor usia, si usted lo quiere llamar falsificación, no vamos a discutir, no quiero caer en desacato ni mucho menos. Siguiendo con la historia: resulta que no ha mucho tuve oportunidad de hacerme con unas fotos antiguas de lugares de mi comarca. Fue verlas y escuchar una voz que me decía "
¿No te voy a decir lo que puedes hacer con las que sabes donde fueron tomadas, eh?" Entendí que se me otorgaba una segunda oportunidad y me preparé a conciencia. Imprimí una copia de la foto antigua como ésta:
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Puebla de Sanabria, sobre 1927 |
"Llegué al lugar, -que, por cierto, en una anterior declaración identifiqué como el
huerto de los curas y no es así, es por el mismo camino de
Gallinatos, pero antes de llegar al mencionado huerto- hice las correspondientes mediciones, cuadré las perspectivas, consulté la posición del sol y tuve que moverme un poco hacia el río porque algunos arbustillos me dificultaban la toma. El resultado es el que ya conoce:
"Y entonces, nada más publicarla, fue cuando estos dos señores, que decían venir de parte suya de usted, se llegaron a mi casa y me impelieron a acompañarles hasta aquí, diciendo no se qué de "
reincidente contumaz" y usando unas maneras que, no por amables, fueron menos drásticas. Y me dice usted, señor ussía, que si "
volvemos a las andadas" y que si "
vaya desvergonzoneria". Si usted se fija, en la fotografía pueden verse claramente el pontón de piedra -el único que permanece- y el Castillo de Puebla. Sí, no digo que no: un poco ocultos por el follaje, pero de eso no se me puede culpar a mi.
"Ahora, que como ya me esperaba yo algo así, pues me he traído la prueba de mi presencia efectiva en el lugar de autos:
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Puebla de Sanabria, Mayo de 2010 |
"Ya sé que no es el mismo encuadre, pero digo yo que salvo el señor del sombrero y el puente de madera, lo demás está todo, ¿no? (...)